A diferencia del salmón ahumado, donde la pieza recibe el humo de la madera quemada otorgándole un sabor característico, el salmón marinado se basa en una mezcla de sal, azúcar, hierbas y especias. Esta técnica tiene su origen en la Edad Media, cuando los pescadores de los países del norte de Europa buscaban la conservación de las piezas de pescado durante más tiempo. En Escandinavia, lo llaman gravlax, que significa “salmón enterrado”. Y es que durante la temporada de pesca, las piezas se colocaban bajo tierra, donde la temperatura era algo más fría, para asegurar su curación.
Preparar salmón marinado en casa es muy muy fácil, y te sorprenderás de lo rico que está comparado con el que puedas comprar en un sobre en el supermercado.
Ve a tu pescadería, compra un buen salmón con los lomos separados y limpios pero con la piel. Marínalo usando la misma cantidad de sal que de salmón y la mitad de azúcar. Así de fácil. Podrás utilizarlo de mil maneras: en ensaladas y ensaladillas, con pasta, canapés y tapas…
Región: Europa Servicios: 4 Dificultad: baja Tiempo de preparación: 20 minuntos Tiempo de marinado: 24 horas |
Ingredientes
- 4 kg de salmón fresco
- 4 kg de sal gorda
- 2 kg de azúcar blanco
- 15gr de eneldo seco
- Aceite de oliva virgen extra.
Preparación
Necesitarás un recipiente de plástico o similar, rectangular, donde quepa el pescado y que puedas meter en tu nevera. También papel film.
Lo ideal es que compres un salmón grande, con la piel brillante y los ojos transparentes y pide que te lo arreglen, es decir, que le quiten la cabeza y la espina central y lo dejen abierto por la mitad, de forma que tengas separadas ambas partes del pescado. Aunque también puedes hacerlo con lomos más pequeños.
Pon la mitad de la mezcla en el recipiente rectangular y coloca el salmón encima con la piel hacia abajo.
Cubre encima con la otra mitad de la mezcla, el salmón debe quedar totalmente cubierto, que no se vea.


Pon un plástico resistente por encima, por ejemplo puedes cortar una bolsa de supermercado y adaptarla al recipiente. Cubre con peso, por ejemplo bricks de leche, latas de conserva, etc.
Deja en el frigorífico entre 24 y 48 horas (depende de si tu salmón es más bien grande o pequeño, y de si lo quieres muy marinado y algo seco o con textura un poco más “cruda”), y una vez transcurridas, saca los lomos de salmón y lávalos bajo el chorro de agua fría, para retirar cualquier resto que pueda quedar de azúcar y sal.
A continuación sécalos con papel absorbente.
Cuando esté seco, échale unas gotitas de aceite de oliva y pinta los lomos (puedes usar una brocha de cocina o un poquito de papel para extender el aceite).


Ya puedes disfrutar de este increíblemente jugoso salmón marinado, una receta extremadamente sencilla y con la que podrás tener salmón durante meses.
Corta el salmón en tacos a tu gusto, de forma que dejes en la nevera el que vayas a consumir en los próximos 3-4 días, y el resto no lo dudes y congélalo, te aguantará meses en la nevera y estará tan delicioso como recién hecho, es una auténtica maravilla y está… de escándalo!