Así como el curry se pronuncia en inglés como «curry» y en hindi como «kuri», en japonés se conoce como «karee» ( カレー). El curry japonés es menos picante que el indio, es espeso y oscuro, adaptado al paladar nipón. Se come con cuchara (en vez de palillos) y suele prepararse con zanahoria, cebolla y patatas y acompañarse de carne de ternera, pollo… etc.
¿Pero bueno, entonces el curry no es indio? Sí, por supuesto, el curry ya existía en India y Pakistán en el siglo XIV. El curry japonés se originó a partir del curry europeo durante la Restauración Meiji, fue adoptado por primera vez como comida de la Marina y luego mejorado y desarrollado de forma independiente por los japoneses. En la historia del curry, que tiene solo 150 años, Japón ha desarrollado rápidamente la línea de producción industrializada de curry al estilo japonés y ahora es el segundo mayor consumidor de curry del mundo, consumiendo 9.300 millones de porciones cada año.
Es tan popular que en Japón es habitual comer curry al menos una vez por semana. De hecho, hay una estadística que dice que los japoneses comen curry 84 veces al año. Además cada familia tiene su manera de preparar el curry, por lo que no hay dos familias en Japón que lo preparen igual.
En Japón se hacen muchas elaboraciones con curry, generalmente acompañadas de arroz. El karee raisu o karee a secas es un guiso con cerdo, pollo o ternera y vegetales, el hayashi raisu (はやしらいす) cuando se elabora sólo con verduras. Katsu kare es arroz con curry y tonkatsu (chuleta de cerdo empanado) cortado a tiras o torikatsu karee en caso de hacerlo con pollo. Hambagu karee es hamburguesa con arroz y curry y supu karee es sopa de curry, la cual, a diferencia de la sopa de curry india donde todos los ingredientes se cocinan en el curry, en la sopa de curry japonesa se cocinan primero los ingredientes aparte (verdura, carne) y luego se colocan en el bol y se vierte por encima la sopa de curry.
También se cocinan fideos con curry como es el caso de los Karee udon y su versión más contundente, los Katsu karee udon, sopa de fideos udon con curry a la que se añade tonkatsu cortado a tiras por encima (chuleta de cerdo empanado con panko).
Ah, y no nos olvidemos del popular Karee pan, un panecillo frito relleno de curry. Es crujiente fuera y blando por dentro. Es un snack muy común entre los estudiantes.
En Japón se le llama «karee» tanto al plato en sí, como al propio condimento o preparado que se utiliza para elaborar el plato. Este «preparado» puede conseguirse en casi cualquier supermercado asiático de tu zona y se encuentra en forma de bloque sólido (para deshacer con agua).

Estos bloques aparecieron después de la Segunda Guerra Mundial y facilitaron la introducción del curry en las casas. Hoy en día existen muchas marcas y normalmente tienen 3 distintas graduaciones de picante:
Karakuchi – el más picante
Chukara – picante medio
Amakuchi – apenas picante, tirando más bien a dulce
Bueno, y después de tanta introducción, ¿qué tal si nos ponemos manos a la obra con este guiso tan delicioso? Verás que es super fácil de preparar.
Región: Asia – Japón Servicios: 2 Dificultad: Media Tiempo: 30 minutos |
Ingredientes
- Cerdo, cortado en tacos
- Zanahoria, cortada en tacos
- Patata, cortada en tacos
- Cebolla, cortada muy pequeña
- 6 pastillas de curry japonés
Preparación
Prepara un arroz blanco hervido estilo japonés (Gohan).
Pocha la cebolla en una cacerola hasta que tenga color dorado.
Añade la zanahoria y la patata y deja 3-5 minutos más.
Agrega los taquitos de cerdo. Cuando se dore un poco por fuera, añade el agua hasta que cubra la mezcla (no más). Cocina durante 15 minutos a fuego medio, tapado.
Apaga el fuego. Con ayuda de un cucharón, coge un poco de agua del guiso, disuelve en él una pastilla y añade al guiso. Repite con el resto de pastillas hasta que consigas un caldo de densidad media.
Con ayuda de un palillo de cocina, comprueba si al pincharlo en la patata, esta está hecha. Si ves que aún está dura, puedes dejar el guiso al fuego unos minutos más.
Presentación
En un plato, coloca el curry en una mitad y rellena la otra mitad con arroz blanco.
Puedes decorar el arroz con un poco de cebollino o la parte verde de una cebolleta china cortada en rodajas.